La profunda humanidad en la exposición dedicada a Donatello en Florencia

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L’Imago pietatis: icono de la humanidad de Donatello

En lo que tengo ganas de definir la exposición «cada vez más sorprendente» dedicada a Donatello en Florencia, en las salas de Palacio Strozzi y del Museo Bargello – en el que la figura humana de los sujetos retratados por el gran artista se me va revelando a medida que continúo con el estudio que le dedico – merece sin duda alguna el relieve de la Imago pietatis presente en la exposición y procedente del Victoria and Albert Museum de Londres.

El relieve de la exposición de Donatello en Florencia, fechada convencionalmente en 1435, tiene un notable poder de formas y gestos, capaz, como escribe Aldo Galli en el catálogo, de desencadenar «las ideas más poéticas del arte italiano del siglo XV», especialmente por las diferentes versiones que del tema hará el pintor veneciano Giovanni Bellini, como el cuadro del mismo tema traído a Florencia para la ocasión y procedente del Museo Correr de Venecia.

Expuestos a escasos metros de distancia, el mármol y la pintura muestran toda la gravedad del cuerpo de Cristo, aunque en un claroscuro poco marcado: está «apuntalado por los angelitos consternados» y expresa un nuevo léxico del dolor físico como no se había visto antes: el brazo que cae hacia el parapeto en el cuadro de Giovanni Bellini, en Donatello sigue detrás del marco pero aún dramatizado por las venas sombreadas.

Los angelitos son entonces encantadoramente emocionales: casi un niño caprichoso privado de su juguete, el de la izquierda se echó a llorar, sin poder contener las lágrimas (se ve claramente su ojo brillante); con una mano oculta las lágrimas de su rostro mientras que con la otra detiene la cabeza de Cristo justo a tiempo, antes de que su cuerpo ceda por completo.

Por otro lado, otro angelito quizás esté reprochando al primero su debilidad, o quizás él también esté contribuyendo a llorar en este lamento colectivo que es el lamento de toda la humanidad.

Los antiestéticos pliegues de la piel del cuerpo de Jesús nos recuerdan que aquí no se está escenificando la solemnidad de una tragedia griega, sino el drama de un Dios hecho hombre que ha asumido toda la miseria de la naturaleza mortal del hombre.

La dulce humanidad de Cristo

En el relieve de la Imago pietatis de la exposición de Donatello en Florencia, el cuerpo de Cristo está girado con el tronco hacia la izquierda; la cabeza que el ángel sostiene en la mano revela un perfil de una dulzura desconcertante: ahora sin vida, el hijo de Dios ahora tiene los nervios relajados y muestra facciones que están a años luz de aquellas patéticas caricaturas que conocían la iconografía de la Imago pietatis.

Detrás de los ángeles en primer plano podemos vislumbrar – como si fueran figuras pintadas gracias al tamizado – un corredor de criaturas que en algunos casos parecen sobresalir, en otros parecen huir como si trataran de encontrar ayuda para que alguien pueda revive el cuerpo del salvador; su inquietud nos recuerda el tema análogo abordado por Donatello con los «spiritelli» de su Cantoria para la Catedral de Florencia.

Este relieve es uno de los pasajes que mejor comunica la penetrante humanidad de Donatello, un ejemplo de cuánta atención y admiración merecen las obras expuestas en la exposición del Palacio Strozzi, que iremos a ver con una visita guiada ⟣