El Retablo del Carmine, uno de los más fascinantes de la Pinacoteca
Tratando de detener mi fácil entusiasmo ante los descubrimientos que realizo de los tesoros artísticos de la Toscana, mientras me encuentro leyendo y estudiando – descubrimientos que no dudo en compartir tanto en las redes sociales como sobre todo a través de páginas de este blog –, la obra que presento aquí a los lectores es el Retablo del Carmine de Pietro Lorenzetti, sin duda una de las obras más fascinantes de la Pinacoteca de Siena.
El deseo de presentar otro cuadro del museo sienés nace de la necesidad de hacer justicia a una obra que no recibe la atención que merece por parte de los visitantes, confinada en un rincón de la sala, además deslumbrada por la luz de uno de las vidrieras del Palacio Bonsignori, por lo tanto una mala iluminación que la hace pasar por el enesimo cuadro con pan de oro en la Pinacoteca.
Volver a la génesis de este políptico no sólo significa volver a apropiarse de una gran obra maestra, sino también releer la dinámica histórica vivida por las órdenes religiosas en el momento de la creación de esta obra. Este gran retablo fue pintado a partir de 1326 por Pietro Lorenzetti. La fecha de finalización se puede ver en la firma que el artista, sobre la base de la tradición ya establecida a partir de la Maestà de Guido da Siena para la iglesia de San Domenico en Siena y luego apareciendo en la más famosa Maestà de Duccio di Buoninsegna para la catedral de Siena, deja en el peldaño del trono de la Virgen:
PETRUS LAURENTI DE SENIS ME PINXIT A.D. MCCCXXVIII(I).
La obra, procedente de la iglesia de San Niccolò al Carmine de Siena, es un políptico donde en el panel central vemos a la Virgen entronizada con el niño, flanqueada por San Nicolas, consagrado de la iglesia de San Niccolò, y el profeta Elías, mítico fundador de la Orden Carmelita, los frailes que cuidaron de la citada iglesia y del convento de Pian dei Mantellini.
Un manifiesto para la Orden Carmelita
Para esta Orden mendicante – que se difundió en Europa más tarde que los primitivos franciscanos y dominicos –, el políptico de Lorenzetti representó un verdadero manifesto propagandístico, ya que, además de los paneles centrales con los santos, es en la predela donde se narra la historia de la legendaria fundación de los carmelitanos.
Los orígenes históricamente comprobados de la Orden se remontan a la antigua Acre, ciudad representada en el lado izquierdo del panel central de la predela del políptico; en el centro de este panel vemos la entrega de la regla por parte de Alberto, Patriarca de Jerusalén, a San Brocardo, primer prior de los carmelitanos.
La llegada a Occidente de la Orden se remonta al período posterior a 1261, año que marca el fin del reino latino de los cruzados.
Panel central de la predela, Retablo del Carmine, P.Lorenzetti, 1326-29, Pinacoteca de Siena
La Orden que vino de la Tierra Santa
Si el panel central de la predela se convierte, como lúcidamente observa Chiara Frugoni, en un puente entre el pasado y el entonces presente de la Orden – que, dejando Tierra Santa, pasó a establecerse en Occidente –, este relato mio se convierte en un ocasión muy sugerente para hacer mención de algunos de los detalles que en el Retablo del Carmine de Pietro Lorenzetti merecen ser observados.
Permanezcamos siempre en los paneles de la predela: la representación de Acre es realizada por Pietro con extraordinaria atención a la arquitectura, según un gusto ya establecido en la época de Duccio que, en 1311, había insertado repetidamente ‘ fragmentos’ de la Siena contemporánea en los paneles de las historias de Cristo en la Maestà de la Catedral.
La fuente del profeta Elías, Retablo del Carmine, P. Lorenzetti, 1326-29, Pinacoteca de Siena
Esta atención a la ciudad es quizás uno de los elementos más característicos de la pintura sienésa, especialmente entre los hermanos Lorenzetti (basta pensar en el paisaje del Buon Governo, sin olvidar los refinados destellos que Pietro pinta en la Basílica inferior de Asís), una atención que encontramos también en los pintores de las siguientes generaciones.
La iglesia que se puede ver a la derecha, nuevamente en este panel central de la predela, parece referirse, con su estructura de vestíbulo, al portal principal de la fachada de Arnolfo di Cambio de la Catedral de Santa Maria del Fiore en Florencia, así como a esas «aperturas» arquitectónicas de Giotto de las capillas que el maestro florentino pintó al fresco en Santa Croce.
Del estilo representativo de los paneles de la predela surgen los puntos de contacto de Pietro Lorenzetti con la pintura florentina, en particular precisamente con las innovaciones de Giotto que en el políptico sienés se traducen en una representación espacial ‘plástica’ de los edificios y elementos naturales, así como una ejecución monumental de las figuras de los paneles de la banda central, desde la majestuosa Virgen hasta la imponente figura del profeta Elías, casi como si la dimensión escultórica de este último fuera un reflejo de su estatura moral.
A esto se suma una cuidada interpretación de los detalles que refleja una sensibilidad totalmente sienésa del pintor (véase la transparencia de los vasos de la fuente del profeta Elías, en el segundo panel izquierdo de la predela).
La primera Tebaida
Volviendo de nuevo por un momento a la predela central, las ideas paisajísticas con también la presencia de personajes que remiten a los primeros ejemplos de vida anacoreta de los frailes, ha llevado siempre a Chiara Frugoni a observar cómo éste puede ser considerado uno de los primeros ejemplos de Tebaida, tema que tendrá gran éxito en Florencia a partir de finales del siglo XIV. Si la larga escena central de la predela hace de nexo entre el pasado y el presente de la Orden, es entonces en los dos extremos de la banda inferior donde se encuentran imágenes igualmente interesantes:
Sueño de Sobach, Retablo del Carmine, Pietro Lorenzetti, 1326-29, Pinacoteca de Siena
el panel izquierdo representa el Sueño de Sobach, padre legendario del profeta Elías, mientras que en el lado derecho encontramos la Entrega del nuevo hábito carmelita por parte de Honorio IV a los frailes, así como la Aprobación de la nueva regla. Esta última escena también presenta el curioso detalle de tres pontífices alados que también entregan papeles, en referencia a las reglas que preceden a la última, entregada por Juan XXII como se ve en la escena.
Sobach, el legendario padre de Elijah
Deteniéndonos en el primer panel de la izquierda, siempre en la predela, uno se pregunta qué papel pudo haber tenido el mítico padre del profeta Elías dentro de la Orden Carmelita, así como el propio profeta Elías, que vivió siglos antes de Cristo y por tanto de la nacimiento de las órdenes religiosas.
Volviendo al cuadro central, vemos que es precisamente la figura monumental del personaje veterotestamentario la que se representa a la izquierda de la Virgen con el Niño.
Reconstruyendo virtualmente la composición original del políptico – hoy por desgracia eso no se puede ya que algunas tablas estàn conservadas en otros museos –, Elías no es la única gran figura de profeta presente, ya que junto a él encontramos a Eliseo, otra figura que viste el hábito carmelitano y el rollo con inscripción latina.
Esta serie de referencias confirma cómo el Retablo del Carmine de Pietro Lorenzetti es absolutamente una obra digna de atención cuando se visita la Pinacoteca de de Siena. Para descubrir el significado de estas imágenes, algunas bastante curiosas como las de los profetas Elías y Eliseo vestidos con el hábito carmelita, reserva aquí una visita guiada al museo sienés ⟢
Bibliografía
C.Frugoni (a cura di), Pietro e Ambrogio Lorenzetti, pp. 63- 75, Editrice le Lettere, Firenze, 2010 (Edición italiana)