Una exposición sobre Ambrogio Lorenzetti, pintor “famoso aún poco conocido”

mostra ambrogio lorenzetti

Anunciación, A.Lorenzetti, 1342, Pinacoteca de Siena

Una exposición sobre un artista famoso pero poco conocido

La exposición dedicada a Ambrogio Lorenzetti se celebró en Siena en 2017. No podía haber mayor necesidad de arrojar luz, a través de un trabajo científico actualizado, sobre un gran protagonista de la pintura italiana del siglo XIV como es Ambrogio Lorenzetti, artista cuyo nombre está servilmente vinculado al célebre ciclo de frescos del Buen Gobierno de Siena pero que en realidad carecía hasta ahora de un trabajo de investigación que arrojara orgánicamente luz sobre su trayectoria.

La fama estereotipada de Lorenzetti como pintor cívico por sus frescos en el Palazzo Pubblico ha eclipsado durante mucho tiempo su naturaleza multifacética y ecléctica. Gracias a una exposición, la primera monografica dedicada a él, se aclara la actividad del pintor sienés y se da una nueva interpretación estilística del pintor sienés.

La exposición, inaugurada el 20 de octubre de 2017 y abierta hasta el 21 de enero de 2018, estuvo alojada en el complejo museístico de Santa Maria della Scala en Siena. En las salas del antiguo hospital, las treinta y una obras expuestas de Lorenzetti llegaron a través de solicitudes de préstamo muy específicas, a veces con origen en instituciones prestigiosas como el Louvre de París y la National Gallery de Londres, que tenían el propósito específico de acercar en Siena esas pinturas que fueron en gran parte encargadas para esta zona.

La exposición fue comisariada por Alessandro Bagnoli y Roberto Bartalini, profesores de la Universidad de Siena, y por Max Seidel, director emérito del Kunsthistorisches Institut de Florencia. El catálogo elaborado por los comisarios sirve también como la primera monografía moderna sobre el artista, ya que no se limita a hablar de las obras expuestas sino que se preocupa por enmarcar toda la carrera artística de Ambrogio en el contexto histórico en el que se encontraba a trabajar. Apoyada en la investigación archivística preventiva y en campañas de restauración de algunas obras, la exposición y el catálogo abordan y resuelven en gran medida los problemas que han hecho incierta la datación de algunas pinturas hasta el momento.

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Milagro de las naves graneras, A.Lorenzetti, 1332 ca, Galería Uffizi

Il El itinerario expositivo de la exposición sobre Ambrogio Lorenzetti comienza centrando la atención en el aprendizaje del artista, razón por la cual en la primera sala de la exposición no hay pinturas de Ambrogio sino de los artistas que influyeron en su formación, en un período crucial como el de la segunda década del siglo XIV, llena de estímulos y experiencias, cuando junto a Simone Martini que en 1315 firmó la Maestà en el Palazzo Pubblico – su primera obra conocida – domina el escenario sienés de encargos Duccio di Buoninsegna que recibe encargos tanto de instituciones civiles como de eclesiástico.

Sinopia para la Anunciación, A.Lorenzetti, 1336, Hermita de Montesiepi, Chiusdino

Mientras que el reverso de la Maestà pintada para la Catedral de Massa Marittima (Cat.1b) – la última obra documentada de Duccio – de Simone Martini está expuesta la tabla con Cristo que bendice procedente de los Museos Vaticanos ( Cat.2), obra acertadamente incluida en la exposición porque en la vista frontal de Cristo se pone de relieve lo mucho que Ambrogio se inspiró en la pintura de Simone Martini para algunas de sus composiciones, como ya se puede ver en la Virgen de Vico l’Abate pintada por Lorenzetti (Cat.6) datada casi en la misma época que la tabla vaticana.

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Maestà, A.Lorenzetti, 1340 ca, Museo San Pietro all’Orto, Massa Marittima

En esta obra, la primera documentada por el joven Ambrogio (1319), es donde de hecho emergen algunas correspondencias convincentes con la pintura de Simone Martini tanto en términos de estilo (la monumentalidad de la Virgen es de hecho más cercana a la figura principesca de San Ludovico di Toulouse de Capodimonte que a la frialdad marmórea de Arnolfo di Cambio) y, sobre todo, por esa manera de pensar los paneles pintados como objetos de orfebrería.

Punzonado de orfebres

Esta obra ya muestra la voluntad de Ambrogio de embellecer la pintura con hilos de oro y representaciones de joyas – además de refinadas variaciones cromáticas, hoy no visibles en la tabla-, haciendo uso también, a partir de las siguientes obras, de la técnica del punzonado que fue típico de los orfebres y que fue un signo distintivo de Simone Martini.

La primera sala concluye con dos importantes cuadros de Pietro, el hermano mayor de Ambrogio a quien, contrariamente a lo que siempre se ha afirmado anteriormente, debe atribuirse la formación del joven Lorenzetti.

Madonna de Vico l’Abate, A.Lorenzetti, 1319, Museo de San Casciano Val di Pesa

De hecho, los dos hermanos se encontraron trabajando codo con codo en varias ocasiones, como en los frescos perdidos de la fachada de Santa Maria della Scala – junto con Simone Martini – y también en la iglesia de San Niccolò al Carmine, donde mientras Pietro firma el políptico del altar mayor, Ambrogio crea la hermosa, aunque arruinada, cruz pintada para el antiguo tabique (cat.10).

Las historias de San Nicolás en la Exposición de Ambrogio Lorenzetti

En las historias de San Nicolás (Catt. 13a-b y 13c-d), así como en la pequeña tabla de Frankfurt (Cat.14), es donde emerge la figura más original y desconocida de Ambrosio que es la de un pintor empeñado en experimentar con una investigación «naturalista» con resultados verdaderamente espectaculares a la vez que sorprendentes en algunos casos, sobre todo si se tiene en cuenta que las tablillas con las historias, que forman parte de un políptico pintado para la iglesia florentina de San Procolo, datan retrocediendo a la tercera década del 1300, un dato en cierto modo temprano en términos de logros en la ‘investigación de lo natural’.

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Virgen de la leche, A.Lorenzetti, 1340 ca, Museo diocesano, Siena

Pintura «fenómenos atmosféricos»

Lorenzetti va más allá, ya que intenta reproducir fenómenos atmosféricos. Esta habilidad suya le valió el elogio de un exégeta y gran artista del siglo XV como Lorenzo Ghiberti; estando en Siena en varias ocasiones, el florentino celebró la pintura de Ambrogio, recordando en sus Commentari aquella exaltación que en la Antigüedad había hecho Plinio el Viejo por la pintura de Apeles. Superando a «todos los que vivieron antes y después de él», Ghiberti compara el arte de Lorenzetti con el del famoso pintor del mundo antiguo para la representación de una tormenta que Ambrogio creó precisamente para un ciclo de frescos en el claustro de San Francesco en Siena.

Casi completamente destruido, de aquel ciclo hagiográfico del que Ghiberti describe la «turbación del tiempo oscuro con mucho granizo relámpagos temblorosos truenos» se conserva milagrosamente la escena de la tormenta (Cat. 19a) con también un trozo de ciudad (el indio de Thana, donde fueron martirizados los misioneros franciscanos).

Estos frescos se realizaron de una manera no muy diferente de la representación de Siena que Ambrogio realizó en 1338, dos años después de este ciclo franciscano, en la Sala della Pace del Palazzo Pubblico. A través de las obras expuestas, se puede apreciar cómo Lorenzetti investiga el componente naturalista – evidente, como se ha dicho, en las Historias de San Nicolás o incluso en una pintura en cierto modo todavía misteriosa como la Alegoría de la Redención (Cat. .22) –, sino también cómo propone soluciones que renuevan los módulos tradicionales: se puede apreciar de manera particular en la escena del Homenaje a la Virgen pintada al fresco para la capilla de Montesiepi (Cat.15) donde, al recrear el escenario del Paraíso, Ambrogio crea un programa «no canónico» y divide la escena en los tres lunetos de la capilla.

Una estupenda exhibición de museo

Sometido a una restauración conservadora realizada en forma de «obra abierta» en el interior del complejo del Santa Maria, el ciclo de Galgano ahora puede apreciarse de cerca gracias al evocador escenario de la exposición sobre Ambrogio Lorenzetti comisariada por el reconocido museográfico estudio Guicciardini & Magni que recreó la ubicación original de los frescos en la capilla de Montesiepi.

La exposición del políptico de la Iglesia de San Pietro in Castelvecchio (Cat.24a-e y 24f) también fue precedida por una restauración. Procedentes de la iglesia sienesa del mismo nombre, los paneles que forman parte del cuadro, fuertemente desfigurado por desafortunadas intervenciones en la antigüedad, aún denotan una altísima calidad de ejecución, como puede verse en la extraordinaria armadura de San Miguel, o en el volumetría y en el claroscuro de los personajes que parecen prever algunos efectos plásticos de los primeros pintores renacentistas.

Reconstrución de los lunetos de la Capilla de Montesiepi, A.Lorenzetti, 1336, Chiusdino

¿Un artista del Renacimiento?

Si ciertamente no podemos llegar a contar a Lorenzetti entre los artistas del Renacimiento, en mi opinión no podemos pasar por alto los extraordinarios resultados que Ambrogio logra en esta obra en cuanto a la profundidad de la representación: nótese, por ejemplo, cómo el brazo derecho de la Virgen en el panel central aparece como un tubo que refleja la luz, un efecto aún más enfatizado por el uso de una paleta de colores ‘puros’ y brillantes, este último otro rasgo distintivo de Ambrogio de sus pintores contemporáneos.

Si en sus obras se encuentra a menudo una continua búsqueda de innovación estilística e iconográfica, no lo es menos la reanudación intelectualista de motivos arcaicos, como por ejemplo la referencia, tomada de algunas obras de Duccio, del tema bizantino de Glikophilousa (término griego que define la iconografía de la «Virgen de la ternura») mencionada en la Maestà de Massa Marittima (Cat.17) o las crisografias reproducidas en la Madonna della Loggia dei Nove (Cat.23).

Ambrogio Lorenzetti es por tanto un pintor ecléctico, y la lectura de las obras propuestas a través de la exposición – considerada con razón como una de esas «exposiciones necesarias» por un eminente estudioso como Tomaso Montanari – devuelve a la historia del arte la grandeza de una de las personalidades más importantes del siglo XIV ⟣

Bibliografía

A.Bagnoli, R.Bartalini, M.Seidel (a cura di), Ambrogio Lorenzetti, catalogo della mostra, Silvana Editoriale Cinisello Balsamo, 2017 (edición italiana)