La Entrada en Jerusalén, uno de los paneles de la Maestà
La Entrada a Jerusalén es uno de los paneles que Duccio di Buoninsegna pintó para las Historias de Cristo, dentro de la gran Maestà de la Catedral de Siena. Lo que se puede definir como una verdadera máquina de altar se considera el retablo más grande realizado en la historia del arte italiano.
La imagen ante los fieles era la monumental figura de la Virgen entronizada, flanqueada por santos, entre ellos los cuatro protectores de Siena, junto a otros asociados a la devoción sienesa.
Aunque los paneles con las historias de Cristo forman un unicum en el panorama de la tradición de la vida ilustrada de Cristo – gracias al recuerdo, entre las generaciones mayores, de estas imágenes ilustradas sobre textos religiosos que se usaban y tal vez se siguen usando hoy en la escuela – pocos creen poder relacionar esas escenas tan ‘familiares’ en la cultura italiana con el gran políptico sienés.
Entrada a Jerusalén, Duccio di Buoninsegna, Maestà, Museo dell’Opera del Duomo, Siena
Esto sucede sin duda por haber memorizado las ilustraciones de la vida de Cristo de forma disociada de la gran pintura central de la Virgen entronizada.
Esta separación mental corresponde, por desgracia, también a una separación física, ya que hoy las tablas de las historias de Cristo, incluida la de la Entrada en Jerusalén pintada por Duccio di Buoninsegna, ya no están conectadas con la gran tabla de la Maestà.
La riqueza iconográfica de la obra del pintor sienés fue tal que las numerosas tablas de las historias de Cristo, así como de la Virgen, no se pensaron en la predela, sino que se incluyeron en un retablo diferente, que en todo caso estaba conectado con el panel más grande de la Virgen, ya que era su espalda.
Este lado B de las historias de la vida de Cristo, por lo tanto, se colocó en un lado que los fieles no solían ver, ya que estaba de espaldas al altar.
La escena de la Entrada en Jerusalén representa el conocido episodio evangélico en el que Cristo entra en la ciudad santa a lomos de un burro, mientras los seguidores acogen exultantes la entrada del Mesías, extendiendo alfombras a su paso. Nótese que, para esta escena, Duccio ha utilizado el doble del espacio de los paneles que en los otros casos tienen forma cuadrada.
Reenvío a la Siena de la época
La mayor verticalidad es aprovechada aquí por el pintor para dar más espacio a la representación de un paisaje que es un contexto urbano y que tiene varias referencias a la arquitectura de la Siena de la época; un detalle de gran relevancia para el pintor es el arco de la gran puerta de entrada a la ciudad de Jerusalén que constituye un elemento de una puerta que Duccio tenía muy en mente…
Este y muchos otros elementos de la Entrada a Jerusalén se pueden comentar a través de una visita guiada al Museo dell’Opera del Duomo, en la que reconstruiremos todos los acontecimientos artísticos e históricos de la obra maestra que es la Maestà pintada por Duccio di Buoninsegna ⟢