La visita al Museo de San Marcos en Florencia, el lugar guardián de la pintura de Fra Angélico
La visita al Museo de San Marcos de Florencia es un viaje en los delicados colores de la pintura de principios del siglo XV, de la que Fra’ Giovanni da Fiesole, más conocido como Fra Angélico, fue uno de los más ilustres exponentes junto a Masaccio, Paolo Uccello y Gentile de Fabriano.
Gracias a las numerosas obras que se conservan en este antiguo convento, realizadas por el fraile dominico que allí residió, podrás admirar figuras y escenas aún impregnadas de un aire gótico, inmersos en atmósferas cálidas y diáfanas que devolverán por completo la dimensión cultural vivida en estos entornos en la época de Angelico, bajo el impulso de Cosme de’ Medici, conocido como “el viejo”, el más importante mecenas del antiguo convento a mediados de siglo.
Pero el Museo de San Marco es un lugar que también refleja la dinámica histórica de la Florencia de la época: entre sus muros vivió uno de los personajes más carismáticos y controvertidos: Girolamo Savonarola. Por tanto, además de admirar las numerosas obras de Angelico, la visita al convento nos permitirá rememorar los turbulentos acontecimientos que marcaron la política de la ciudad – y más allá – a finales del siglo XV.
El Claustro de San Marcos, la dimensión íntima redescubierta
Comenzaremos nuestra visita al Museo de San Marcos de Florencia desde el claustro, un espacio fascinante donde te sorprende el repentino silencio que te envuelve nada más cruzar el umbral de la taquilla, dejando atrás el bullicio de la plaza que es atravesada continuamente por vehículos a motor.
Aquí encontrarás una dimensión de intimidad y recogimiento que rara vez se aprecia en otros contextos florentinos, hoy arrasados por hordas de visitantes que a menudo solo buscan fetiches para fotografiar y publicar en las redes sociales.
La primera imagen que encontrarás frente a ti es la Crucifixión pintada al fresco por Fra Angélico con Santo Domingo; las lunetas con frescos del siglo XVII ilustran la vida de un prestigioso miembro de la congregación: Sant’Antonino Pierozzi, una de las figuras más destacadas de las misiones caritativas de Florencia y prior de los dominicos de San Marcos durante la refundación de la monasterio.
La galería más importante de pinturas de Fra Angélico
Después de visitar el claustro, continuaremos por el interior de la sala del hospicio, un espacio donde hoy brillan las luces y los colores de las pinturas de Fra Angélico, convirtiéndolo en la galería más importante en el mundo del artista: desde el Descendimiento Strozzi hasta el retablo de San Marco, pasando por el Retablo de San Pedro Mártir, las refinadas atmósferas del artista son una evocación de sentimientos y estados de ánimo que despiertan una sensación de alivio y meditación en tu viaje por el arte florentino. Admiraremos el Tabernáculo de los Linaioli, una de las creaciones supremas de Angélico y una de las obras maestras de toda la historia del arte, en la que el legado del gótico tardío y las innovaciones de Masaccio encuentran aquí una de las síntesis más felices.
La «Piagnona»
Entrando en la Sala Capitular, en la que aún se conserva el monumental fresco de la Crucifixión, también de Fra Angélico, podremos ver un importante testimonio histórico de la historia de los seguidores de Savonarola: una campana, aún conocida por el curioso nombre de “Piagnona”, recibió un trato particular con motivo de la detención del fraile dominico en abril de 1498.
Siguiendo con el tema de la “Piagnona”, te sorprenderán las curiosidades sobre sus propiedades sonoras que, a pesar de varios sufrimientos, aún conserva la campana.
La visita de las celdas y la Biblioteca de San Marco
Será el momento de subir las escaleras, donde, dando un giro a la última rampa, te encontrarás de repente frente a uno de los frescos más famosos del arte renacentista…
Accederemos a uno de los espacios más evocadores de toda la serie de experiencias monásticas florentinas que aún es admirable: la biblioteca. Aún hoy marcada por 3 naves divididas por esbeltas columnas de piedra – como si de una iglesia se tratase –, la biblioteca alberga una interesante sección de libros iluminados, algunos de preciosa factura y belleza inigualable.
En la pequeña sección didáctica iremos a ver qué materiales concretos se utilizaron para realizar y decorar los libros.
La celda de Cosme el Viejo
Si las celdas de los frailes, cada una con un fresco que tenía un propósito específico, son una presencia común en los conventos, te sorprenderá encontrar la celda que en cambio estaba destinada a Cosme el Viejo. ¿Por qué el miembro más ilustre de la familia florentina, regularmente casado y con hijos, tenía su propia celda dentro del convento?
Los cuartos de Savonarola
Continuando nuestra visita al Museo de San Marcos de Florencia, llegaremos a los cuartos donde se alojó Girolamo Savonarola, el gran fraile predicador de Ferrara que fue prior de San Marco a finales del siglo XV. Volveremos sobre los acontecimientos que vieron la detención y la acusación de herejía por parte del Papa Alejandro VI en 1498.
La exótica Última Cena de Ghirlandaio
Si con la celda del fraile – la última del primer piso – te parecerá que la visita haya terminado, te sorprenderás una vez más cuando, avanzando hacia la salida, aún habrá espacio para descubrir otra obra maestra de la pintura: la Última Cena de Domenico Ghirlandaio. Perteneciente a la serie de 4 cenáculos que el pintor florentino creó en varios complejos, esta versión es una de las más exuberantes y exóticas por la presencia de animales como el pavo real: será sorprendente descubrir que los animales y objetos presentes tienen su propia simbología particular.
Después de haber cruzado la puerta que te lleva a la salida, podrás comprender cómo una visita al Museo de San Marcos de Florencia te dejará imágenes dulces y elegantes, junto a un caleidoscopio de sugerencias místicas que este complejo ha conservado y que todavía es capaz de transmitir a quienes cruzan su umbral.