Una visita en Radicofani, el castillo de la afuera de ley en Val d’Orcia
Si vais al descubrimiento de Siena y pensáis que solamente la dulce pendiente de las colinas es lo que caracteriza el perfil paisajístico de este delicioso Angulo de Toscana, tendréis un modo de cambiar totalmente de opinión, cuando yendo hacia el sur de Val d’Orcia y prosiguiendo en dirección a Roma por la strada statale Cassia, encontraréis a vuestra derecha la mole del Monte Amiata que sugiere que el paisaje va a cambiar forma.
Pero aparte de este macizo montañoso, sagrado para los Etruscos y volcán en la época prehistórica, será una vez pasado Bagno Vignoni que a vuestra izquierda ya podréis vislumbrar, por encima de un cono montañoso, una torre.
El perfil de un castillo
Poco a poco que avancéis, el perfil de lo que a lo lejos parecía ser solo un tallo despuntando de la hierba, se volverá una construcción con una silueta siempre más definida, hasta que, una vez que hayáis salido de la strada Cassia, podréis decidiros a alcanzar aquel gigante solitario, encarrilándose en una carretera que, a la izquierda, se empina sobre el cono montañoso.
«Tras algunos kilómetros, la torre se revelará, delante de vosotros, en toda su prepotente imponencia, engarzada como es a la cima de la roca que domina el burgo de Radicofani. Una visita de Radicofani os hará descubrir un castillo que estuvo tomado por un «afuera de ley».
«Donde la Via Francigena toca el cielo»
Centro que se desarroló a partir del siglo IX – en una área donde, utilizando una bonita frase de Fausto Cecconi, «la Francígena toca el cielo»¹ – una visita de Radicofani permite apreciar una de las aldeas más sugerentes de las tierras de Siena y tuvo un rol importante como punto de pasaje y de descanso para los peregrinos que se dirigían a Roma en la Edad Media.
El complejo fortificado, hecho actualmente por una torre y por ruinas de unos bastiones, surge encima de un peñasco basáltico, de origen volcánico; con sus 814 metros sobre el nivel del mar, la roca domina el centro histórico y todo el paisaje circundante.
Ghino di Tacco
Además de la belleza y la fascinación de esta localidad, de donde se pueden ver, en los días con poca bruma, el mar Tirreno, lo lagos Trasimeno y de Bolsena – hay que saber que el nombre de Radicofani está indisolublemente relacionado a la imagen del castillo de la afuera de ley Ghino di Tacco. Definido el Robin Hood de Val d’Orcia, Ghino procedía de una casa de nobles feudatarios de Val di Chiana. En los setenta del siglo trece, su familia había tomado partido por la facción gibelina de Siena, facción que estaba en lucha con el poder comunal de la ciudad, entonces en mano a los güelfos (después de una primera fase de derrota, con la batalla de Montaperti del 1260, los Güelfos se habían tomado una revancha rotunda sobre los Gibelinos, tras las derrotas padecidas, por estos últimos, primero en Tagliacozzo, en el 1268, y luego en Colle di Val d’Elsa, en el 1269).
Estatua de Ghino di Tacco, Radicofani
Una desgracia familiar
Justo por los encendidos contrastes políticos entre las dos facciones, en el 1285 los hermanos Tacco y Ghino di Ugolino, respectivamente padre y tío de Ghino, fueron capturados y ejecutados en Piazza del Campo. A resultas de esta desgracia familiar, Ghino huyó de la ciudad, refugiándose en Val d’Orcia donde, junto con un grupo de seguidores, conquistó la fortaleza de Radicofani en el 1297. A partir de entonces el fortín será el cuartel general del “bandito gentiluomo” (el bandido caballero), que reservará un especial tratamiento a todos los “viajeros de élite” de la Francígena. Hay muchos cuentos sobre la estancia de este bandolero en la fortaleza, algunos incluso muy desternillantes. Si, mientras los pobres peregrinos serían perdonados e incluso ayudados por el bandido a seguir su viaje de fe hacia la ciudad eterna, no sucedería lo mismo a los ricos prelados y a los hombres de poder, a los que en cambio se les haría prisioneros y privarían de todos sus haberes (de aquí procede su apelativo de Robin Hood de la Val d’Orcia). Según lo que se relata, también tuvo modo de vengar la muerte de sus familiares.
Pero no obstante la buena reputación de caballero que se había ganado entre los necesitados, Ghino no pudo vivir largo rato en la condición de fuera de la ley. ¿Quizás alguien lo traicionó? ¿Cuáles fueron las circunstancias que lo llevaron a la muerte?
Lo podrás descubrir con una visita guiada al burgo y a la fortaleza de Radicofani.
Bibliografía
Cecconi F. (Edición italiana), “Dove la Francigena tocca il cielo”, Medioevo, n.10 (213) – Octubre 2014 –